viernes, 22 de febrero de 2013

No puedes cambiar las cosas que te pasan pero...

A todos a menudo nos pasan cosas que no nos gustan: situaciones, comentarios de los demás, cambios, fallo en los planes, etc. A veces nos frutramos, nos deprimimos, nos enfadamos o nos ponemos tristes debido a cosas ajenas a nosotros. A cosas que nos pasan y que no dependen de nosotros. Queremos solucionarlo e intentar que no nos vuelva a ocurrir, no volver a pasar por ello pero no sabemos cómo porque son cosas que no dependen de nosotros. A veces es la difícil convivencia que hay en casa o en el trabajo, un comentario que nos afecta negativamente, un plan que no sale como esperábamos o un imprevisto que trastoca todos nuestros planes. Cualquier cosa ajena a ti puede provocarte una reacción negativa. ¿Qué hacer? Pues por experiencia puedo decir que puedes cabrearte más que una mona o deprimirte al máximo pero eso no soluciona el problema. Lo que sea que te ha llevado a esa situación no lo has provocado tú. Pero tranquilo, sí que tiene solución.

Me gustaría repetir que escribo estas cosas desde mi propio experiencia, y que me equivoco a menudo, pero me gusta escribir de las cosas que hace tiempo que probé y siguen funcionando. Así que este es uno de mis trucos que entre otras cosas ha hecho que dejara de sentirme tan hipersensible: cambiar mi reacción. Yo no puedo cambiar lo que me ha pasado pero sí puedo cambiar la manera en que me lo tomo. Un ejemplo real: sabéis que últimamente pago mis facturas gracias a las clases particulares que doy y que me encanta enseñar, ¿verdad? Pues me lo tomo muy en serio y me preocupo mucho de mis alumnos, les preparo clases con materiales personalizados creados en exclusiva para ellos, les abro un blog con materiales interactivos, les mando deberes para casa y luego los corrijo yo por mi cuenta para no perder tiempo y que aprovechen las clases al máximo. Bueno, todo eso y mil y un detalles más que tengo con ellos. ¿Y que pasa? Pues que están empezando a no hacer los deberes, cosa que trastoca todo mi programa y me hace tener que perder horas y horas reorganizándolo todo. O empiezan a faltar. Y para colmo cuando me van a pagar la mayoría de los días o se les olvida o me ofrecen un billete grande. Y por supuesto ni estudian ni repasan nunca, claro. He de aclarar que se trata de personas adultas eh. Pues bien, durante los últimos meses todo esto me ha desquiciado. Llegaba a casa cabreadísima y que esta situación siguiera así me generaba un alto índice de ansiedad. Hasta que un día me dí cuenta de que yo no podía hacer más, yo no podía ir a sus casas cogerles de la oreja y obligarles a hacer los deberes o repasar. Yo no podía memorizar los verbos irregulares por ellos. Yo lo único que podía hacer ya lo estaba haciendo: ofrecerles diferentes modos de aprendizaje y gran variedad de recursos. Me di cuenta de que me había estado haciendo responsable de su aprendizaje y esto era un error. Yo no soy la responsable de su aprendizaje, yo soy la responsable de la enseñanza. El aprendizaje depende de ellos. Me acordé de un cuento de esos que tanto me gustan. Os lo pongo aquí:


Una vez vivió un gran guerrero. Aunque bastante viejo, él aún podía derrotar a cualquier retador. Su reputación se extendió a lo largo y ancho del país, y muchos estudiantes se reunieron para estudiar con él.

Un día, un infame joven guerrero llegó a la aldea. Estaba determinado en ser el primer hombre en derrotar al gran maestro. Junto con su fuerza, tenía una inexplicable habilidad de notar y de explotar cualquier debilidad en un adversario. Esperaba a que su rival hiciera el primer movimiento, de esa manera revelando una debilidad, y después golpeaba con una despiadada fuerza y una velocidad de relámpago. Nunca, nadie había durado en un combate con él, más allá del primer movimiento.

Muy en contra del consejo de sus preocupados estudiantes, el viejo maestro aceptó con mucho gusto el desafío del joven guerrero. Cuando los dos estuvieron en guardia para la lucha, el joven guerrero comenzó a lanzar insultos al viejo maestro. Tiró mugre y escupitajos en su cara. Por horas lo atacó verbalmente con cada maldición e insulto conocido por los hombres. Pero el viejo guerrero simplemente estaba parado allí, inmóvil y tranquilo. Finalmente, el joven guerrero se agotó. Sabiendo que había sido derrotado, se marchó, sintiéndose avergonzado.

Algo decepcionados porque no luchó con el insolente joven, los estudiantes se reunieron alrededor del viejo maestro y le preguntaron. “¿Cómo pudo usted aguantar tal indignidad? ¿cómo lo alejó?”.

“Si alguien viene darles un regalo y ustedes no lo reciben” contestó el maestro, “¿a quién pertenece el regalo?".



Igual que en el cuento, he aprendido a no coger lo que no quiero. Así cuando alguien hace un comentario que antes me habría ofendido, simplemente no lo tengo en cuenta, no considero que esa persona tenga suficiente autoridad para que yo me tome en serio su juicio. Y con los alumnos, he aprendido a dar mis clases lo mejor que sé y que cuando no hagan los deberes los haremos en clase, cuando falten de manera injustificada les aviso y busco alumnos nuevos y también he aprendido a llevar cambio de 50€ siempre. Pero ya no voy a permitir más que esta situación me amargue, simplemente voy a dedicarme a dar las clases lo mejor que sé que es lo único de lo que soy responsable. De lo demás, que se preocupe cada uno.

Esto de los alumnos era sólo un ejemplo reciente. Pero hay tantas cosas en las que podemos aplicar esta teoría de controlar nuestra reacción. Como vísteis en mi último post, por ejemplo, la situación actual de nuestro país hace que me hierva la sangre de impotencia. Pero no depende de mí solucionarla. Así que me desahogo por aquí o hablándolo con otros indignados y procuro colaborar en todo tipo de proyectos que apuesten por un cambio. Pero no puedo hacer nada más y esta es mi manera de dormir tranquila. En conclusión:

No puedes cambiar las cosas que te pasan pero sí la medida en que permites que te afecten :)

Te pase lo que te pase, sólo tú decides si eso va a amargarte el día o no. Sobre eso sí que tienes el control. En tu mano está haber tenido un mal día en el trabajo y llegar a casa y desconectar por completo o que alguien haga un comentario que en otro momento te habría ofendido y simplemente sonrías y lo ignores. ¿Dónde queda entonces la carga negativa de ese comentario? En ti no, seguro. 

Feliz fin de semana a todos!

10 comentarios:

Atlántida dijo...

Pues sí, tenemos que aprender más a controlar nuestras reacciones y a quitarle importancia a ciertas cosas que nos suceden.
Te entiendo con lo de los estudiantes, yo llevó estudiantes de enfermería, que encima son universitarios, el primer día ya me encargó de recalcarles que los únicos responsables de su aprendizaje son ellos, que nosotras somos sólo una guía, les proporcionaremos los recursos, pero que al final no soy yo la responsable de lo que suceda en ese proceso, el problema es que no todos asumen eso, ya que para ello hay que tener cierto grado de madurez, pero el que lo asume aprovecha al máximo la asignatura y aprende de verdad.

mariapapeles dijo...

Evidentemente todo depende del asunto...estoy muy de acuerdo contigo que si tus alumnos pasan...no puedes hacer nada, no hay que frustrarse por eso. Pero a veces la vida golpea duro, y el ánimo cae sin que puedas evitarlo...
De todas maneras, es muy buen planteamiento de vida!

Anónimo dijo...

M encanta tu blog! Creo que nos ayuda mucho a todos los que pensamos como tu, que sentimos lo mismo, que tenemos las mismas preocupaciones... el leerlo me ayuda a sobrellevar todo mas fácilmente... o al menos los minutos que dedico a leer tus entradas, no pienso en los problemas!
Gracias

Real Dream dijo...

En resumen me quedo con tu frase(la cual utilizaré sin duda)

"No puedes cambiar las cosas que te pasan pero sí la medida en que permites que te afecten".

Y es que hay tantas cosas que se escapan a nuestro control, pero en definitiva somos nosotros los que decidimos en la manera en que nos influira.

Animo!

Britanny dijo...

No podéis ni imaginaros cuánto me está ayudando esta manera de pensar en estos momentos. He estado fuera casi un mes y ha sido muy duro, ya lo contaré pero desde luego os aseguro que una vez que entiendes ese principio tu vida gana calidad incluso en el peor de los casos.

Besos a todos!

Britanny dijo...

Gracias por tus palabras Anónimo!!

Anónimo dijo...

hola chica, solo quiero agradecerte!!! las ultima horas (o años) me he estado ahogando entre un mar de emociones de temor, ira impotencia e incertidumbre pero ESTA VEZ hay una resolución de cambiar las cosas de una buena vez (y eso es lo mas duro, tomar la decisión)y hacer que "pasen", a no seguir huyendo... porque nadie lo hará por mi, si yo no me levanto, nadie mas lo hará por mi, y si yo no me quiero.. tampoco nadie lo hará por mi. hoy todo se "confabulo" para "hablarme" hasta le médula y no seguir haciendo caso omiso a lo que no he querido afrontar.. no pude mas.. me encontré otra vez revolcándome en el piso llorando como una niña... historia corta: y encontré tu blog por "casualidad" y aparte de sentirme menos sola respecto a como "soy y siento" tmb, al leerte me provocaste una sonrisa, y hasta una carcajada.. y últimamente... eso no tiene precio. gracias. atte: victoria.

Britanny dijo...

Me alegro mucho Victoria,

Si este rinconcito te regaló una sonrisa y te hizo sentir más acompañada, no sabes cuánto vale eso para mí.

Vuelve cuando quieras!

Un abrazo y gracias por tus palabras

Real Dream dijo...

Mi ultimo post de mi blog va dedicado para ti por supuesto :))

Britanny dijo...

Gracias Real Dream, ¡qué solete eres! Mmuuuaaa