domingo, 17 de noviembre de 2013

Cómo distinguir un ataque de ansiedad de un infarto

Hola tod@s, siglos después sigo por aquí. Echando mucho de menos el blog pero sin tiempo ni para peinarme. Desde que he vuelto a la uni no doy a basto. Me he matriculado de 90 créditos este año lo que equivale a levantarse y acostarse con la uni, cero vida social, ocio, etc. A ver si le cojo el tranquillo y cambia el asunto.

Bueno, pero hoy quiero hablar de otra cosa: del miedo que te entra en el cuerpo cuando te empieza a subir el nivel de ansiedad y empiezas a pensar que te vas a morir de un infarto. Por desgracia últimamente me está volviendo la ansiedad y hace dos días tuve un ataque de los fuertes, hacía años que no me pasaba. Por suerte, gracias a mucha práctica tengo controlado el tema de la hiperventilación y la taquicardia ¿cómo? Pues concentrándote en la respiración. Mi truco: siéntate o mejor túmbate y cierra los ojos, visualiza tus pulmones inflándose y desinflándose mientras coges aire por la nariz y lo sueltas con por la boca. Nada más. No puedes pensar en nada más porque estás ocupada visualizando esa imagen. En muy poquito las pulsaciones bajan y la respiración se vuelve automática. Habrá gente que le funcionen otros trucos, ese es el mío.

Sin embargo, lo que no he logrado dominar después de tantos años de prácticas de relajación, etc. es el miedo. El miedo te inunda y se apodera de tu cuerpo y de tu mente. En ese momento es algo inexplicable pero no sabes cómo tienes el presentimiento de que algo malo (malísimo) te va a pasar, incluso piensas que puede que haya llegado tu momento. Realmente sientes que te puedes morir. Y entonces es cuando peor lo pasas. Es desesperante. Aunque intentes tranquilizarte a ti mismo diciéndote que sólo es ansiedad, a veces no puedes pararlo ni aliviarlo. Es lo peor. Tener la sensación de que te estás muriendo y no puedes hacer nada. Piensas que te está dando un infarto. En ocasiones incluso sientes un fuerte dolor en el pecho, a veces se te extiende al brazo, o sientes que se te adormece alguna parte del cuerpo, etc. Hay muchos síntomas similares entre un ataque al corazón y un ataque de ansiedad. De hecho, un médico para estar seguro es muy probable que te haga un electro para descartarlo. ¿Pero qué puedes hacer tú en casa? Hombre en caso de duda ir al médico por mucha vergüenza que te de o reparo o lo que sea, la salud es lo primero. ¿Pero qué hacer esas veces en las que estás seguro de que es ansiedad al 98% pero ese 2% de inseguridad te pone nervioso? Bueno, pues a continuación tenéis un vídeo bastante tranquilizador y explicativo:


¿Mejor? Yo sí me quedé mejor, más tranquila. Igualmente os pongo un resumen de lo que me ha parecido más significativo recordar a la hora de distinguirlo y al final unos enlaces de las webs originales de dónde lo he sacado:

1) Un infarto se caractariza por un dolor muy fuerte (incluso paralizante) que dura como unos diez minutos -antes de que tengas que llamar a la ambulancia-. Por lo tanto, si tus síntomas llevan horas o días y te encuentras nervioso andando de arriba a abajo de la casa... eso es ansiedad. Asúmelo descartando el infarto y te tranquilizarás un poco. Repítetelo a ti mismo: "esto no es un infarto, sino ya estaría muerto, sólo es ansiedad. Fastidia mucho pero no es mortal". Dilo en voz alta incluso, a veces el cuerpo te oye y lo entiende mejor. Son de esas chorradas que funcionan.

2) ¿Qué edad tienes? ¿Tienes antecedentes o problemas cardíacos? Si estás por debajo de los cuarenta -sobre todo- y la respuesta a la segunda pregunta es "no". Entonces es ansiedad.

Los síntomas de un infarto en la mujer pueden ser diferentes a los de los hombres, echa un vistazo en esta web  . Yo soy mujer, así que lo primero que haré si me vuelve a pasar es pensar en el resumen de arriba y luego si determino que puede que no sea ansiedad, pensaré en lo que pone en esta web. Pero primero lo de arriba porque puede que tras analizarlo ya me tranquilice directamente. Y me ahorre una visita a urgencias en la que luego te sientes incluso ridícula dependiendo de quién te atienda y el tacto que tenga. Porque la verdad es que tela marinera a veces con los médicos de urgencias. Hombre una cosa es que vayas a menudo con lo mismo y te den un toque de atención pero también los hay que es la primera vez que vas y con un susto tremendo en el cuerpo y encima te echan bronca por ir por una "chorrada". Si os pasa no le déis ni una vuelta ni media, habéis hecho bien en ir. Para eso están, y mejor prevenir que curar.

Otras webs dónde podéis obtener más información son:

Espero que os haya servido, a mí me dejó muuucho más tranquila saber estas cosas :)

Por último un consejo que realmente sirve: haz deporte, come sano y cuando empieces a preocuparte por algo coge un lápiz y un papel y haz dos columnas: en una escribe lo que te preocupa, en la otra las posibles soluciones. De verdad que ayuda!!

ACTUALIZACIÓN: Hola de nuevo, aprovechando que tuve que ir al médico por otro asunto le pregunté por esta cuestión y me dio más pistas que nos pueden ayudar (a mi me tranquilizó):

1) Normalmente los infartos van acompañados por naúseas o vómitos y sudores

2) El dolor de un infarto siempre va a más y no se detiene. La ansiedad en cambio a veces parece que produce vaivenes y nos da pequeñas treguas (aunque sea de segundos) y luego te da otra vez incluso más fuerte. Este ir y venir del dolor o la opresión es ansiedad, el dolor de un infarto va en aumento y llega a ser incluso tan fuerte que puede resultar paralizante.

Éste último punto a mí me ayuda mucho porque a veces cuando tengo un ataque fuerte de ansiedad, me tumbo a hacer respiraciones y parece que por unos segundos cede pero luego vuelve. Pues bien, ahora cuando vea que ceda creo que automáticamente me tranquilizaré porque sabré que efectivamente es ansiedad.

Y otro consejillo de nueva experimentación: haz deporte, si puede ser sal a correr. Cuando haces deporte el cuerpo se relaja al completo, los músculos cogen temperatura y cuando terminas y estiras vuelven a su medida original y digamos que te "descontracturas", pierdes esa rigidez muscular que tenías. Además, cuando te machacas un poco el chute de endorfinas es la droga más potente que existe. No sabes por qué pero te sientes bien, no digo que seas super feliz pero "te sientes mejor". Aliviado. Y finalmente, es la mejor opción para despejar la cabeza. El riego sanguíneo ha tenido que circular y distribuirse de otra manera para la práctica deportiva y ya no se acumula todo en el mismo sitio del cerebro. Probadlo y me decís :)

NUEVAS ACTUALIZACIONES:

Os dejo la referencia de un libro que a mí me ayudó muchísimo, trata sobre agorafobia, ansiedad y ataques de pánico y explicá qué te pasa, por qué te pasa, y cómo superarlo con propuestas específicas y ejercicios (no sólo pautas generales) además lleva la guía del paciente y del acompañante. He leído mucho sobre este tema y éste es el mejor libro que he encontrado (yo lo pillé de la biblioteca). Se llama:

AGORAFOBIA Y ATAQUES DE PÁNICO, de Arturo Bados López 

Una puntualización importante:

Sé que algunos pensáis que al vivir con estos síntomas tenéis una enfermedad, yo pensaba igual cuando me pasaba. Pero ahora que ya hace años que lo he superado puedo confirmaros que NO ES NINGUNA ENFERMEDAD, tan sólo es un grito de auxilio de vuestro cuerpo porque hay algo que no estáis gestionando bien, algo que os oprime, os hace sentir amenazados, infelices, etc y el cuerpo se rebela y monta el follón más fuerte que sabe para haceros ver que hay algo que tenéis que solucionar ya. Yo he logrado superarlo porque llevo 3 años en terapia y he descubierto muchas cosas de mí que no sabía y ahora puedo verlas, hacerme cargo y gestionarlas, por lo que el cuerpo ya ha cumplido su misión de alertarme y ni me acuerdo la última vez que tuve ansiedad. Así que ánimo pero sobre todo manos a la obra, la solución está en descubrir qué es lo que os está haciendo daño para que el cuerpo lance esas señales. Mi consejo: buscad un buen psicólogo que os ayude a descubrirlo. 

miércoles, 10 de julio de 2013

Toldo casero y barato para balcón

Ahora que de verdad empieza a apretar el calor es cuando uno se da cuenta de lo necesario que es en algunos casos un toldo. Lo que pasa es que es un gasto que no siempre te puedes permitir (sobretodo en estos tiempos) o  si vives de alquiler -como es mi caso- que tu casero es un tacaño y un cabrón (por decirle algo suave). En mi casa, en concreto, da el sol toooodo el día desde que sale hasta las seis de la tarde más o menos, lo cuál se agradece muchísimo en invierno porque la temperatura es muy agradable y la calefacción ni la toco. Pero ahora en verano te fríes casi literalmente. Así que después de que nuestro "amable" casero nos dijera que no nos pone un toldo ni harto de vino (aunque tooodos los vecinos lo tengan porque realmente se necesita) y yo pataleara y blasfemara un buen rato, me puse a pensar. Busqué en internet y no encontré ninguna solución para balcón, todo lo que había era para terraza. Me cabreé más todavía porque llevo el calor fatal. Entonces un día mi hermana dando un paseo por la playa vio un invento que había hecho un chico en su apartamento y lo adaptamos. Pongo las fotos del experimento y debajo lo explico:


MATERIALES (todo comprado en los Chinos)
2 cortinas (24€)
1 barra de cortina (15€)
1 cuerda de nylon (4€)
pinzas de la ropa (opcional)
2 tacos y 2 cáncamos cerrados (2€)

PRECIO TOTAL: 45€

Es tan sencillo como colocar la barra de cortina en el techo del balcón, más o menos a la mitad del techo y luego cuelgas la cortina. Después buscas la manera de atar una cuerda justo de lado a lado del balcón justo por delante de la barandilla (yo he puesto una cuerda de nylon blanca discretita porque la barandilla es blanca). Entonces ya sólo tienes que colgar la cortina y pasarla por detrás de la cuerda. Las pinzas de la ropa se las puedes poner de la cortina a la cuerda si hace mucho aire para que no se mueva. Suena un poco raro pero pongo fotos que seguro que lo ilustran mejor.

Techo del balcón visto desde dentro


Techo del balcón visto desde fuera

Toldo visto desde dentro de casa




Toldo visto desde "fuera"

Ya, para rematar, podéis colocar los cáncamos a los lados de la pared para poner las trabillas de la cortina y que se quede recogida a los lados. A mí me ha quedado así:




Y ésta ha sido mi solución para luchar contra el calor desde mi humilde bolsillo. Desde luego no es tan fashion ni tan práctico como darle a la manivela con el toldo normal pero hace su función: quita mucho el calor y deja pasar la luz.

Un último consejo: buscar una cortina que sea de un material resistente y que sea lo más parecida al resto de toldos de vuestros vecinos para evitar discusiones. Aunque de todas formas os pueden decir misa porque no vulneráis ninguna norma, no habéis puesto un toldo, es una cortina y está dentro de vuestro balcón eso no infringe ninguna norma de estética de edificios ni historias. Como si te da por colgarte una sábana, o no?

Espero que os sirva!!

Por cierto, cambiando de tema, las sesiones con la psicóloga van dando sus frutos y voy notando bastante mejoría respecto a la depresión así que ánimo a todos aquellos que estáis en una situación similar, no os lo penséis y buscar ayuda donde podáis.

Un abrazo,

Britanny

miércoles, 3 de julio de 2013

"Tengo depresión" Ufff!! Por fin lo he dicho!!!

Llevo mucho tiempo queriendo escribir esta entrada y no he podido por falta de energía (casi literalmente). Estoy pasando una de las peores etapas de mi vida y por fin he sido lo suficientemente valiente como para admitirlo: tengo depresión. Parece fácil pero cuesta un montón decirlo en voz alta, sobretodo a tus seres queridos. ¿Por qué? Ni idea, pero hoy en día creo que cada vez más gente sufre de ansiedad o depresión y son dos cosas que tienen muy mala fama a nivel popular. Normalmente alguien te comenta que tiene ansiedad y te lo imaginas volviéndose medio loco y casi sin poder respirar. Cuando la ansiedad se puede manisfestar de muchas maneras. Yo misma cometí ese error hace unos meses cuando tuve que ir a urgencias porque tenía un dolor en la espalda que cada vez era más fuerte y se iba extendiendo. Al final era ansiedad. Me quedé muy sorprendida, hasta ese momento mi concepto de ansiedad era la imagen esa de estar medio loco e hiperventilar.
Pero volviendo al tema de la depresión. Lo primero que tengo que decir es que aunque yo no me lo tomaba en serio (no me lo acaba de creer) está catalogada como enfermedad. Y esto quiere decir que cuando una persona tiene depresión no se trata de que no quiera animarse y prefiera quedarse en casa lamentándose, es que es algo interno, involuntario. Como todos sabréis comprende una amplia lista de síntomas entre los más comunes: apatía, tristeza, trastornos del sueño y de la comida, cansancio, dificultad de concentración, pensamientos negativos, y un largo y variado etcétera.
Cuando uno tiene depresión lo que menos quiere oír es "anímate y sal a dar un paseo, verás cómo se te pasa". No es verdad. Aunque pasear sienta muy bien no se te va a pasar así. Va a requerir mucho trabajo por tu parte y probablemente y depende del caso ayuda profesional.
Yo por mi parte ya he dado el paso y he empezado una terapia con una psicóloga. Tengo claro que no tiene una varita mágica y no me curará de un día para otro pero de momento después de probar cincuenta mil cosas sin éxito por mi cuenta ha sido la mejor idea que he tenido. No la conozco mucho pero parto de la base de depositar esperanza en ella como guía, sé que ayudará a arreglar el desastre. Aunque el trabajo lo tengo que hacer yo, eso lo sé. El problema es que ya he intentado tantas cosas yo sola que aunque tengo mucha voluntad no tengo ni idea de cómo empezar a arreglarlo. Por eso confío en ella.
Lo que llevo peor de todo es la extrema apatía que me domina. Parece increíble de creer que una persona hiperactiva y con imaginación como yo que siempre ando metida en tantas cosas que me faltan horas al día ahora mismo no haya nada -absolutamente nada- que despierte mi interés. Todo me es indiferente. Las cosas que antes me gustaban ahora no me dicen nada. Lo llevo fatal. Pero voy a poder con ello lo tengo muy claro. Hace mucho tiempo que aprendí que la mente es la peor enemiga del ser humano pero no es invencible, ella será muy cabrona pero nosotros tenemos la ciencia para ganarle la batalla. Por eso me gusta mucho leer y poner en práctica esos consejos tipo Elsa Punset que ayudan a reprogramar el cerebro. Cuando existe un problema de este tipo mucha gente se refugia en los libros de autoayuda, la religión, los grupos de autoayuda, los antidepresivos, etc yo apuesto por la ciencia. Y como para muestra un botón os dejo un vídeo del Dr. Mario Alonso Puig donde habla de la apatía, yo después de haberlo visto ya me siento más motivada:


No sé cómo voy a llevar este asunto que me dificulta tanto mi día a día, sé que voy a escribir sobre ello pero puede que no lo haga aquí porque lo que no quiero es volverme monotemática y esparcir mis malos rollos. Se me pasa por la cabeza la idea de abrir otro blog exclusivamente sobre la depresión e ir escribiendo sobre mis progresos y mis experimentos, pero todavía no lo tengo claro. De hecho, una de las grandes dificultades de esta mierda es que cualquier cosa por pequeña que sea se te hace un mundo llevarla a cabo. Pero ahora mismo estoy muy contenta porque escribir este post era una de esas "pequeñas" cosas que tanto me costaba y ya está hecho :)

Un abrazo enorme! (que siempre sienta bien!)

lunes, 22 de abril de 2013

Ya no necesito que a los demás les afecte tanto como a mí

Esta mañana he ido a caminar con una conocida. Es una ex-vecina (más amiga de mi madre que mía) pero nos vemos mucho, tenemos confianza y al comentarle que me gustaba ir a andar para hacer algo de ejercicio en seguida me propuso de ir hoy. 

La verdad es que no me ha gustado mucho el paseo: por un lado, los temas de conversación eran un poco forzados e incluso ha habido varios silencios (cosa que jamás me ha pasado con una amiga, jamás). Y por otro lado, no he hecho mucho ejercicio porque hemos paseado más bien y yo quería ir a andar rapidito para hacer ejercicio. Pero bueno, un día es un día, y no está todo perdido porque hace tiempo que aprendí que siempre se puede sacar algo positivo de cualquier situación. 


¿Queréis saber lo positivo de ésta?

Me he dado cuenta de que ya no tengo la necesidad de hacer a los demás tan partícipes de algo tanto como yo. Me explico: a veces me ocurre que algo me hace mucha ilusión, o he descubierto un método nuevo para algo, un sitio nuevo, un sitio horrible, lo que sea. Y entonces se lo digo a la gente que quiero o a los demás cuando surge el tema. Como por ejemplo cuando descubrí una gasolinera que estaba medio escondida en la zona industrial de mi pueblo y que tiene el combustible muchísimo más barato que el resto. O cuando me recomendaron un dentista y a parte de hacerme un destrozo se portó fatal. Me empeñé no sólo en decírselo a los demás, sino casi diría en convencerlos. Me puse tan pesada que casi les hubiera hecho jurar que a partir de aquel momento irían siempre a repostar a aquella gasolinera y que jamás pisarían la clínica dental de la que les hablé. Y lo mismo me solía pasar cuando algo me hacía mucha ilusión o me indignaba. Como cuando aprobé por fin la asignatura de Fonética Inglesa II en la carrera y daba saltos de alegría porque para mí era la asignatura más chunga de todas y no me creía capaz de aprobarla en la vida. Recuerdo que llegué a casa, se lo dije a mi madre y me cabreé porque sólo me dijo "muy bien hija, me alegro por ti". No era suficiente para mí, no entendía lo que aquello significaba. Era como si yo esperase luces, confetti, una pancarta y una orquesta en directo para celebrarlo ¡como mínimo! 

Situaciones así siempre me han hecho sentir mal. Siempre me he sentido como si los demás no sólo no me comprendieran sino que no les preocuparan mis cosas. 

¿Os ha pasado alguna vez?

Bueno, pues esta mañana, me he dado cuenta de que cada vez tengo más confianza en mí misma y me siento más cómoda y más a gusto disfrutando yo sola de las cosas. A ver, no es el otro extremo eh, no se trata de que ahora no comparta las cosas. Sino que simplemente muestro mi opinión y ya está. No insisto. Y sobretodo no me decepciono ni siento que no me escuchen o no le valoren mi aportación. 

Esta mañana, por ejemplo, íbamos hablando de diferentes temas y yo disentía: me decía que estaba matriculada en unas clases de pilates (carisísimas para mi bolsillo: 55€ dos clases) y que no estaba contenta pero que iba a seguir pagando y a aguantar hasta septiembre porque había pagado la matrícula (20€). A ver, yo creo que si no estás contenta con algo mejor no seguir porque al final le vas a coger manía. Y vaya tontería pagar por estar a disgusto. Sobretodo cuando el precio de la matrícula no es para tanto. Que no es lo mismo perder una matrícula de 20€ que una de 300€. Pues, ella prefería seguir su plan de pagar e ir a disgusto durante casi 4 meses más. Le he propuesto también que hablara con el responsable y le explicara por qué no está a gusto. Tampoco le ha parecido buena idea. Le he comentado que conozco un gimnasio que por 35€/mes puedes ir a hacer tantas clases como quieras y disfrutar de las instalaciones: piscina, fitness, pistas de diferentes deportes, etc. Tiene amplios horarios y está en nuestra ciudad. Pues nada. Su respuesta: "ya, si eso, en septiembre me lo recuerdas". Mi pensamiento "Sí, claro. Ahora me lo apunto en la agenda!" :P

No es mala persona pero es una mujer un poco... cabezona y gruñona. Así que, menos mal que me he dado cuenta de esto a mitad del paseo, porque luego han seguido surgiendo temas de los que se quejaba y yo le podía ofrecer alternativas que a mí me han funcionado. Así que me he limitado a comentarlas en plan "pues a mí me han funcionado esto", ella a rechazarlas todas y yo a seguir caminando y disfrutando del sol y de la playa sin ofenderme ni sentirme infravalorada. 

¡Qué gozada vencer tus malas costumbres y así poder disfrutar más de la vida!



Lo que más me satisface es darme cuenta una vez más de que voy evolucionando, voy aprendiendo de mis errores y corrigiendo las cosas que me hacen daño (y dependen de mí) para poder tener una mejor calidad de vida. Cada vez me conozco mejor a mí misma y sé qué cosas me funcionan, me gustan y me hacen feliz y me dedico a disfrutarlas. Yo sola. Porque son las cosas que a MÍ me van bien y no tiene porque cuadrarle a nadie más. Sólo a mí me encanta madrugar e ir a pasear por la playa mientras amanece, no tengo que convencer a nadie para que venga conmigo y se emocione lo mismo que yo. Me basta con mi compañía y mi felicidad. Esa necesidad de compartir con los demás se ha transformado en un sentimiento de disfrutar de MI vida. 

¿Os suele pasar esto a vosotros? ¿Alguna vez sentís que los demás no viven las cosas igual que vosotros y eso os hace daño? ¿También tenéis amigos con problemas solucionables que parece que no quieran solucionar y sólo quejarse de ellos?

martes, 9 de abril de 2013

Poniendo en práctica mis propios consejos

En el último post hablé de lo mucho que me había valido entender que hay cosas que no podemos cambiar pero sí la forma en que nos afectan. Pues bien, no sabéis cuánto me he repetido y he utilizado esta mentalidad en las últimas semanas. Han sido horrorosas pero por suerte, como todo en esta vida (como decía el cuento) ahora ya todo ha pasado. Os cuento:

 El mismo día que escribí el último post, por la noche, recibí una llamada de mi hermana. Tenéis que saber que está embarazada y vive a más de mil kilómetros de distancia. Llevaba varias semanas encontrándose mal, pero estaba en el primer trimestre de embarazo y todos pensábamos que poco a poco se le pasaría. Total que once de la noche sonó el teléfono: "Soy yo, no te asustes pero nos vamos para el hospital". ¡¿Quién no se asustaría verdad?! Llamé a mi madre y estuvimos esperando noticias, hasta que casi tres horas después nos envió un mensaje para decirnos que se quedaba ingresada. Eso quería decir que la cosa era grave. Así que respiré hondo y traté de mantener la calma, compramos un billete en el primer avión disponible y nos fuimos para allá. 

Estuvo ingresada diez días y la cosa no mejoraba, durante los dos últimos días le dieron dos ataques de ansiedad. A mi hermana, la persona más tranquila y pachorra que he conocido en mi vida. Si una sufre cuando está mala todos sabemos que el dolor se multiplica enormemente cuando el que está malo es un ser querido. Durante su estancia allí me inventé lo ininventable para distraerla, calmarla, entretenerla, acompañarla, etc. Los días se hacían eternos y las noches horribles, durmiendo en un sillón que te daba palizas en la espalda. Suerte que estaba mi madre y hacíamos turnos de 24h. Al final, consideraron enviarla a casa puesto que ya la habían hidratado y habían repuestos sus niveles de todo que estaban bajo mínimos cuando ingresó. Todo fue llegar a casa y empezar a mejorar poco a poco. Pero aún así decidí quedarme con ella hasta que se recuperara del todo. Tiempo total fuera de mi casa: casi un mes. En mi vida he estado tanto tiempo fuera de casa, no me gusta mucho viajar pero esta vez no se trataba de placer sino de necesidad.

De vuelta a casa llegué agotada física y mentalmente de todos los nervios y la tensión que había estado aguantando. Así que saludé a mi chico y a mis gatos y fui a hacer la compra para no tener que salir en unos días de casa y poder descansar. Eso creía yo.

Al día siguiente cuando me levanté mi gato estaba muy enfermo. Nos fuimos corriendo al veterinario y se quedó ingresado. Estaba muy débil. Me esperé lo peor. No dejé de llorar durante los tres días que estuvo ingresado y fui a verle en un par de ratitos. El tercer día me dejaron traermelo a casa por la noche a ver si comía porque estaba más chafado que el día anterior. Estuvo en casa durmiendo a mi lado durante casi tres horas, después se puso malísimo. Yo sabía que había llegado el final, me costaba muchísimo creérmelo porque habíamos pasado 17 años juntos y era el amor de mi vida. Pero tuve que llevarlo corriendo al veterinario. Lo envolví en su manta favorita y estuve hablándole y cantándole durante el trayecto al veterinario. Me despedí de él. En cuanto abrió la puerta el veterinario le pedí que lo durmiera sin perder un segundo. Y así fue. La decisión más dura que he tomado en mi vida. Siempre pensé que no sería capaz. Pero cuando quieres tantísimo a alguien y le ves sufrir haces lo que esté en tu mano con tal de evitarle un segundo más de sufrimiendo, aunque lo que tengas que hacer sea apartarle de ti para siempre. En cuanto se durmió me inundó una sensación de paz. Mi peor pesadilla siempre había sido que muriera en mi casa agonizando y con dolor, pero durmió ronroneando. Se lo comenté a la veterinaria antes de pincharle y me dijo que seguramente eran problemas respiratorios pero al oscultarle me confirmó extrañada que efectivamente estaba ronroneando. Así que sé que murió en paz, feliz y lleno de amor. No sabéis cuánto le echo de menos. Mi gato no era un gato corriente. Sé que eso lo decimos todos de nuestras mascotas. Pero a lo que me refiero es que para ser un gato no se comportaba como tal: le encantaba que le cogieran en brazos, te rodeaba con sus patas el cuello y se pegaba a ti ronroneando, me lamía la nariz (eran sus besitos), a la hora de la siesta se metía debajo de la sábana y se pegaba a mí poniendo siempre su pata en mi mejilla, siempre estaba donde yo estuviera y si me ponía mala nunca se despegaba de mi cama. Con los años había aprendido el significado de muchas frases y era él único que siempre supo consolarme y llenarme de cariño en todo momento. Más de una vez ha sido mi único motivo para seguir adelante y todos estos gestos de cariño sólo los tenía conmigo. No le gustaba mucho el resto de la gente. Lo dicho, ha sido el amor de mi vida. Puede sonar erróneo o egoísta pero no he querido a nadie (ni siquiera a mi familia) tanto como he querido a ese gato. Y le echo muchísimo de menos cada día porque era un escandaloso y un charlatán y se pasaba el día maullando contándome cosas. Ahora la casa está vacía. Está la otra gata pero ella es discreta, silenciosa y más "gata": sólo viene cuando a ella le interesa. 

Después de que muriera empezó a entrarme el pánico por mi gata y la llevé a hacerle un chequeo completo. Estaba muy preocupada porque él no mostró ningún síntoma a pesar de que al parecer llevaba mucho tiempo enfermo. No lo sospechaba en abosluto porque a sus casi 17 años seguía corriendo, jugando y montando a la gata tres veces al día. Así que sentí la necesidad de asegurarme de que ella estaba sana. Por suerte está como una rosa (tiene 10 años). Qué peso me quité de encima, dos días pegada al teléfono esperando los resultados de sus análisis. Menos mal. Ahora ya está lista para recibir al nuevo cachorrito que estamos esperando para finales de esta semana. Nunca he tenido ninguna duda en este tema. Minok estuvo solo durante siete años y se convirtió en un gato-mueble, hasta que llegó Sort a casa (que tenía dos meses) y ella le rejuveneció, le cuidó y le cambió la vida. Mi mejor recomendación si tenéis un gato es que adoptéis un compañero. De este modo ellos se cuidan, se hacen compañía, hacen ejercicio (algo fundamental para su salud) con sus juegos y cuando tú no estás en casa ellos están bien, porque están acompañados. 

Y esto ha sido un poco en resumen lo principal que ha ocurrido en mi vida estas semanas. Y unas cuantas cosillas más que ya contaré otro día. Pero he conseguido sobrevivir a ello, he estado muy triste, preocupada y agobiada pero he logrado mantener la calma en todo momento. Y todo gracias a mi nueva manera de tomarme las cosas. Mi hermana y mi gato: dos de los seres vivos que más quiero en mi vida y los dos gravísimos. Yo no podía hacer más que lo hice y eso me tranquilizaba. No podía curarles. Sólo podía estar ahí para ellos y hacerles lo más llevadero posible su mal trago. Si me hubiera ocurrido hace años me habría desesperado, me habría hundido y probablemente habría sufrido algún que otro ataque de ansiedad. Pero, lo importante es que ahora sé que no puedo evitar las cosas que ocurren sólo puedo controlar el modo en que me afectan y aunque era tentador perder los nervios y desfogarse creo que fui más inteligente y altruista al mantener la calma y ofrecerles mi amor. 

Ahora mismo me siento muy triste porque busco a mi gato a cada momento, tengo la sensación de que está durmiendo en otra habitación y de que en cualquier instante aparecerá por la puerta y vendrá a rascarme para que le coja en brazos y le de besos. Estas sensaciones son habituales cuando muere alguien, a tu cerebro le cuesta interiorizarlo y siempre piensas que aparecerá en cualquier momento. Con el tiempo esa sensación es cada vez menos frecuente. Pero a la vez que triste me siento feliz y sobretodo en paz. No he conocido en la vida un gato más feliz y con el pelo más brillante que el mío. Ha vivido como un rey y ha tenido una calidad de vida del 100% hasta el último día, y he decidido quedarme con eso. Nadie se merece verse incapaz o depender de los demás, nadie debería presenciar cómo su vida se va apagando poco a poco sin poder hacer nada al respecto. Por suerte con los animales la eutanasia es legal y, en mi opinión, es el mejor regalo que le puedes hacer a tu mascota para agradecerle tantos años de alegrías: un final digno y relajado, sin dolor. 

Tengo que deciros que me ha costado muchos días escribir todo esto, sabía que necesitaba desahogarme y contarlo pero me costaba mucho sacarlo. He llorado mucho mientras escribía. Para aquellos que tengáis mascotas, si alguna vez os véis en la triste situación que yo me ví en la que tienes que decidir que "dormir" a tu amigo es la mejor opción, os diré algo que yo no sabía y que siempre me había preguntado cómo sería. Al menos os cuento que en mi caso fue así: primero le pusieron un valium para calmarle, luego le anestesiaron y se quedó dormidito y finalmente le pusieron la inyección letal. Así que en mi opinión no es nada agresivo, lo hacen de una manera en la que el animal se va tranquilo y relajado. Yo nunca me había atrevido a preguntarlo, pero siempre había pensado que era algo bestia y que le ponían una inyección a saco y caía desplomado (mente peliculera, lo sé). Pero por suerte no es así, al menos en este caso no lo fue.

Finalmente, deciros que a partir de ahora y durante unos meses voy a daros la lata más a menudo. Tengo tantas cosas en la cabeza y tantos temas pendientes que resolver que se juntan con todo el cansancio que llevo arrastrando estas semanas que he decidido dejar las clases. Puede sonar altivo y descerebrado que deje de percibir mi fuente de ingresos en los días que corren. Sin embargo, es una cuestión de salud. No me sobra el dinero, de hecho vamos más bien justitos. Pero necesito un descanso. Han sido experiencias muy fuertes y todavía no lo he echado. Bueno, parece que mi cuerpo está empezando porque hace dos días tenía un dolor tan fuerte en la espalda que tuve que ir al médico: contractura del trapecio (¡no sabéis lo que duele!). Probablemente motivada por la ansiedad. Es curioso, siempre he asociado ansiedad con taquicardías, hiperventilación, nerviosismo, etc. Pero al parecer tiene muchas formas de manifestarse. Por suerte, el cuerpo es sabio y te avisa. Y el mío me ha dicho "¡basta! ¡frena!". Y por una vez le voy a hacer caso.

Esta es una de las últimas fotos que le hice a Minok, y aunque en la foto no se aprecia igual, ¡mirad cómo le brilla el pelo! :)



 




viernes, 22 de febrero de 2013

No puedes cambiar las cosas que te pasan pero...

A todos a menudo nos pasan cosas que no nos gustan: situaciones, comentarios de los demás, cambios, fallo en los planes, etc. A veces nos frutramos, nos deprimimos, nos enfadamos o nos ponemos tristes debido a cosas ajenas a nosotros. A cosas que nos pasan y que no dependen de nosotros. Queremos solucionarlo e intentar que no nos vuelva a ocurrir, no volver a pasar por ello pero no sabemos cómo porque son cosas que no dependen de nosotros. A veces es la difícil convivencia que hay en casa o en el trabajo, un comentario que nos afecta negativamente, un plan que no sale como esperábamos o un imprevisto que trastoca todos nuestros planes. Cualquier cosa ajena a ti puede provocarte una reacción negativa. ¿Qué hacer? Pues por experiencia puedo decir que puedes cabrearte más que una mona o deprimirte al máximo pero eso no soluciona el problema. Lo que sea que te ha llevado a esa situación no lo has provocado tú. Pero tranquilo, sí que tiene solución.

Me gustaría repetir que escribo estas cosas desde mi propio experiencia, y que me equivoco a menudo, pero me gusta escribir de las cosas que hace tiempo que probé y siguen funcionando. Así que este es uno de mis trucos que entre otras cosas ha hecho que dejara de sentirme tan hipersensible: cambiar mi reacción. Yo no puedo cambiar lo que me ha pasado pero sí puedo cambiar la manera en que me lo tomo. Un ejemplo real: sabéis que últimamente pago mis facturas gracias a las clases particulares que doy y que me encanta enseñar, ¿verdad? Pues me lo tomo muy en serio y me preocupo mucho de mis alumnos, les preparo clases con materiales personalizados creados en exclusiva para ellos, les abro un blog con materiales interactivos, les mando deberes para casa y luego los corrijo yo por mi cuenta para no perder tiempo y que aprovechen las clases al máximo. Bueno, todo eso y mil y un detalles más que tengo con ellos. ¿Y que pasa? Pues que están empezando a no hacer los deberes, cosa que trastoca todo mi programa y me hace tener que perder horas y horas reorganizándolo todo. O empiezan a faltar. Y para colmo cuando me van a pagar la mayoría de los días o se les olvida o me ofrecen un billete grande. Y por supuesto ni estudian ni repasan nunca, claro. He de aclarar que se trata de personas adultas eh. Pues bien, durante los últimos meses todo esto me ha desquiciado. Llegaba a casa cabreadísima y que esta situación siguiera así me generaba un alto índice de ansiedad. Hasta que un día me dí cuenta de que yo no podía hacer más, yo no podía ir a sus casas cogerles de la oreja y obligarles a hacer los deberes o repasar. Yo no podía memorizar los verbos irregulares por ellos. Yo lo único que podía hacer ya lo estaba haciendo: ofrecerles diferentes modos de aprendizaje y gran variedad de recursos. Me di cuenta de que me había estado haciendo responsable de su aprendizaje y esto era un error. Yo no soy la responsable de su aprendizaje, yo soy la responsable de la enseñanza. El aprendizaje depende de ellos. Me acordé de un cuento de esos que tanto me gustan. Os lo pongo aquí:


Una vez vivió un gran guerrero. Aunque bastante viejo, él aún podía derrotar a cualquier retador. Su reputación se extendió a lo largo y ancho del país, y muchos estudiantes se reunieron para estudiar con él.

Un día, un infame joven guerrero llegó a la aldea. Estaba determinado en ser el primer hombre en derrotar al gran maestro. Junto con su fuerza, tenía una inexplicable habilidad de notar y de explotar cualquier debilidad en un adversario. Esperaba a que su rival hiciera el primer movimiento, de esa manera revelando una debilidad, y después golpeaba con una despiadada fuerza y una velocidad de relámpago. Nunca, nadie había durado en un combate con él, más allá del primer movimiento.

Muy en contra del consejo de sus preocupados estudiantes, el viejo maestro aceptó con mucho gusto el desafío del joven guerrero. Cuando los dos estuvieron en guardia para la lucha, el joven guerrero comenzó a lanzar insultos al viejo maestro. Tiró mugre y escupitajos en su cara. Por horas lo atacó verbalmente con cada maldición e insulto conocido por los hombres. Pero el viejo guerrero simplemente estaba parado allí, inmóvil y tranquilo. Finalmente, el joven guerrero se agotó. Sabiendo que había sido derrotado, se marchó, sintiéndose avergonzado.

Algo decepcionados porque no luchó con el insolente joven, los estudiantes se reunieron alrededor del viejo maestro y le preguntaron. “¿Cómo pudo usted aguantar tal indignidad? ¿cómo lo alejó?”.

“Si alguien viene darles un regalo y ustedes no lo reciben” contestó el maestro, “¿a quién pertenece el regalo?".



Igual que en el cuento, he aprendido a no coger lo que no quiero. Así cuando alguien hace un comentario que antes me habría ofendido, simplemente no lo tengo en cuenta, no considero que esa persona tenga suficiente autoridad para que yo me tome en serio su juicio. Y con los alumnos, he aprendido a dar mis clases lo mejor que sé y que cuando no hagan los deberes los haremos en clase, cuando falten de manera injustificada les aviso y busco alumnos nuevos y también he aprendido a llevar cambio de 50€ siempre. Pero ya no voy a permitir más que esta situación me amargue, simplemente voy a dedicarme a dar las clases lo mejor que sé que es lo único de lo que soy responsable. De lo demás, que se preocupe cada uno.

Esto de los alumnos era sólo un ejemplo reciente. Pero hay tantas cosas en las que podemos aplicar esta teoría de controlar nuestra reacción. Como vísteis en mi último post, por ejemplo, la situación actual de nuestro país hace que me hierva la sangre de impotencia. Pero no depende de mí solucionarla. Así que me desahogo por aquí o hablándolo con otros indignados y procuro colaborar en todo tipo de proyectos que apuesten por un cambio. Pero no puedo hacer nada más y esta es mi manera de dormir tranquila. En conclusión:

No puedes cambiar las cosas que te pasan pero sí la medida en que permites que te afecten :)

Te pase lo que te pase, sólo tú decides si eso va a amargarte el día o no. Sobre eso sí que tienes el control. En tu mano está haber tenido un mal día en el trabajo y llegar a casa y desconectar por completo o que alguien haga un comentario que en otro momento te habría ofendido y simplemente sonrías y lo ignores. ¿Dónde queda entonces la carga negativa de ese comentario? En ti no, seguro. 

Feliz fin de semana a todos!

viernes, 8 de febrero de 2013

Es indignante

Últimamente intento no poner la tele a medio día porque me acaba sentando mal la comida de tanta mala noticia. Y es que a veces una prefiere vivir en la ignorancia que arriesgarse a que le de un chungo de tanta rabia que se te acumula en el cuerpo cuando ves cómo está España: miembros de la casa Real, políticos de casi todos los partidos e incluso miembros del gobierno implicados en todo tipo de tramas de corrupción (incluído el presidento del Gobierno!). ¡Qué pena y qué rabia! Cada vez me cuesta más creer que estemos en recesión debido al tema de la burbuja immobiliaria y las hipotecas basura. Sinceramente creo que si empezamos a echar cuentas de todo lo que nos han robado toda esta panda de impresentables: los famosos sobres de Bárcenas y las cuentas en paraísos fiscales, la estafa de Urdangarín, los regalos y el derroche atribuídos a la hija de p*** -por decir algo suave- que tenemos como ministra de Sanidad, todo el tinglado de la trama Gurtel, el alcalde de Lloret y su relación con la mafia, .... y estos son sólo de las DOS últimas semanas. ¿Cuánto dinero público sumaría la estafa que ha llevado a cabo toda esta gente por ejemplo? ¿Cuántos recortes en sanidad y en educación se podrían haber evitado? Es indignante.

La semana pasada se me caía el alma a los pies viendo el capítulo de Salvados dedicado a la educación donde se comparaba el sistema finlandés con el español. En Finlandia todo lo relacionado con la educación es gratuito: material, libros, comedor,... ¡todo! Y sólo los mejores licenciados son escogidos para ejercer como docentes después de un duro proceso de selección. En España todo se paga y cada vez la factura es más grande y menor los beneficios que conlleva.Y magisterio ha sido siempre la "maría" de todas las carreras universitarias. El que no sabía que estudiar o había sacado malas notas en la selectividad tiraba para magisterio. ¿Y por qué? Pues porque en este país no interesa tener profesionales competentes y de excelencia que levanten el país y lo ayuden a mejorar día a día como en Finlandia. En España lo que conviene es que el pueblo sea analfabeto y tenga los accesos cada vez más restringidos no sea que se de cuenta de lo que los políticos y demás chupasangres nos estan están robando y nos de por reclamar lo que es nuestro. 

En Finlandia las decisiones en los cambios del sistema educativo se consensan con los docentes que están en activo. Y se mantiene el rumbo y las decisiones independientemente de los cambios de gobierno. En España los ministros lo deciden todo en educación, sanidad, empleo, justícia, etc sin tener en cuenta la realidad, las consecuencias y a veces ni para qué sirven. ¿Alguién podría explicarme para qué se creó la amnistía fiscal? ¿Qué tiene de bueno la LOMCE? Vamos para atrás como los cangrejos porque nos están dirigiendo una panda de criminales sinvergüenzas (olé tus ovarios Ada!!) que viven en mansiones y a todo tren aislados por completo de la realidad del país donde hay familias que pasan hambre, frío, que no pueden comprar medicinas, que...  no acabaría nunca. 



Estoy harta de los putos políticos que hacen lo que les da la gana, que roban millones al pueblo y quedan impunes. Corrupción hay en todas partes pero España es el paraíso de los delincuentes donde hagas lo que hagas te caerá la pena mínima y la ley es tan absurda que puede condenarte a años de prisión por robar comida para alimentar a tus hijos pero te deja irte de rositas después de haberle quitado los ahorros de sus vidas a miles de personas trabajadoras. 

Ojalá el sistema quebrara de una puñetera vez. A tomar por culo la monarquía que no es más que una panda de vagos chupasangres, puteros y ladrones. Y a tomar por culo los miles de puestos de diputados, senadores, asesores y otros muchos vividores que cobran un sueldo por triplicado a fin de mes y no dan un palo al agua. Ojalá se instaurara una república que le diera a España el cambio que necesita y dejaramos de ser dirigidos al precipio por el mismo partido político de los últimos 30 años: no más PP-PSOE. Ojalá se anticipen las elecciones que es lo mínimo que puede hacer el mindundi de presidente de gobierno (la persona más cobarde que hemos tenido de presidente que se pasa más tiempo en el extranjero que en casa). Si de verdad quiere lo mejor para el país lo que tiene que hacer es dimitir y dar la oportunidad a otros que tengan dos dedos de frente y el valor necesario para dar la cara y afrontar la realidad. Ojalá un día los ministros de este país sean personas trabajadoras y especialistas y el ministro de educación sea un profesor, el de sanidad un médico y el de economía un catedrático que supiera al menos sumar dos más dos. 

Ojalá dejemos de caer en picado y el resto del mundo nos conozca por nuestro clima, nuestra tierra, nuestros productos mediterráneos, nuestros grandes ingenieros, nuestros científicos, nuestra industria, ...

Ojalá dejemos de ser los pobres y los gitanos de Europa haciendo una buena limpieza política y volvamos a los buenos tiempos donde España se conocía como un lugar genial para visitar porque éramos gente honrada, trabajadora y que vivía acorde a sus posilidades disfrutando del mejor de los climas.

Ojalá pasara algo en plan peliculero donde unos hackers informáticos vaciaran las cuentas de todos los ladrones que están destrozando las vidas de tantas personas y los dejaran sin un euro y sin patrimonio. 

Ojalá un día pueda tener hijos y explicarles que España pasó una época muy mala hace muchos años...

Ojalá....

miércoles, 6 de febrero de 2013

Cómo solucionar tus problemas

Normalmente, siempre consigo solucionar mis problemas. Tardo más o menos y hay soluciones que parecían definitivas pero se convierten en temporales y hay que volver a empezar. Pero tengo un método que me suele funcionar. Hoy voy a explicarlo aquí por si a alguien le sirve. Lo voy a llamar El Método Britanny jejeje.

Paso 1
Ya tengas un problema o varios más grandes o más pequeños, lo primero que te recomiendo es que cojas papel y lápiz y escribas todo lo que te pasa por la cabeza a modo de lluvía de ideas: cómo te sientes, cosas que te preguntas a ti mismo, cosas que te gustaría que pasaran, cosas que odias, que te hacen daño, que te preocupan, etc. Se trata de que vacíes tu cabeza, de que saques todo lo que llevas dentro.

Paso 2
Una vez que ya no se te ocurren más cosas que escribir. Verás que te sientes como si te hubieras quitado un peso de encima. El problema no está arreglado (por supuesto) pero ya no tienes nada más que decir, y en cierto modo te has desahogado. Así que es hora de darle un tiempo. Te recomiendo que sigas teniendo la libreta a mano por si te ocurre algo nuevo. Pero ahora aprovecha para hacer algo que te distraiga como ver la tele, leer, jugar a algo, dar un paseo, etc. Algo que no te haga pensar mucho, que te permita poner el automoático al cuerpo pero que no necesite mucho la mente. Normalmente, yo aprovecho para chupar tele y suelo escoger pelis tontas o comedias, cosas que no me hagan pensar mucho. 

Paso 3
Una vez que sientas tu cuerpo más relajado y la cabeza despejada, cuando ya no sientes esa tensión corporal y ese tikitiki en la cabeza es hora de dar el último paso. Ahora vuelve a coger lápiz y papel y haz una tabla de dos columnas. En la columna de la izquierda a modo de lista ves escribiendo los problemas concretos que tienes en este momento. Y ahora que estás en frío y más relajada es hora de buscarles solución. ¿Cómo? Coge el primer problema y escribe todas las soluciones que se te ocurran (por disparatadas que sean). Y después a cada solución le pones al lado sus pros y sus contras (sus consecuencias). Por ejemplo: si tu problema es "odio mi trabajo". Como soluciones podrías encontrar: cambiar de trabajo, dejar de trabajar para siempre, dejarlo de momento hasta que encuentre algo mejor, quedarme con él solucionando el problema. Es un ejemplo. Entonces si miramos opción por opción:
a) Cambiar de trabajo: podrías encontrar algo mejor pero no te puedes permitir dejarlo hasta que encuentres otro así que una opción es -sin dejar de trabajar- empezar a buscar otro.
b) Dejar de trabajar para siempre: mmm sí, eso solucionaría del problema definitivamente. El único inconveniente es que no eres millonario ni vives del aire, así que mientras no te toque la lotería esto es una opción que debe esperar.
c) Dejarlo de momento hasta que encuentre algo mejor: si económicamente te puedes permitir un tiempo sin cobrar y crees que tienes posibilidades de encontrar otro, adelante. Pero dependiendo de tu situación económica puede que esta opción quede descartada.
d) Quedarme con él solucionando el problema: ésta es una opción que puede estar más a tu alcance que las demás, pero requiere un análisis más a fondo. Te recomiendo que hagas una lista de todas las cosas que te están agobiendo actualmente en el trabajo. ¿Se trata de un mal ambiente con los compañeros? Quizá puedes empezar a cambiar de aires. ¿Puede que el problema sea que te absorbe todo el día y no te queda tiempo para nada? Aquí hay muchas opciones, desde negociar con el jefe un nuevo horario, hasta buscar la manera de aprovechar más el tiempo. Recuerdo a un amigo que se quejaba porque no tenía tiempo de nada y se le ocurrió llevarse en mp3 un cursillo en inglés y así aprovechaba la hora de la comida en que tenía dos horas pero no le daba tiempo de ir y venir de casa. Dos horas que aprovechaba para comer y aprender inglés. Te puedo decir, que se sentía más realizado porque ahora no sentía que malgastaba su tiempo en la comida y además podía realizar una de las actividades que más deseaba y hasta ahora no había podido hacer. 

No sé si el rollo que acabo de soltar habrá quedado lo suficientemente ilustrado. Pero en resumen, mi método consiste en desahogarme, darme un tiempo para poder ver las cosas desde fuera y en frío y entonces analizar cada problema o situación en particular de forma científica analizando uno por uno todos los pros y los contras de todas las opciones.

Siempre que hago esto es como si desenmarañara una madeja de hilo y ahora veo las cosas más claras para ir deshaciendo poco a poco los nudos.

Este es mi método, cada uno tiene el suyo, pero éste es el que a mí me funciona. Pero que os sirva también a vosotros :)

domingo, 3 de febrero de 2013

Esta es mi manera de ayudar, mi granito de arena


¿Qué nos hace felices? A cada uno le hace feliz una cosa, ¿no? Bueno, sí y no. Sí porque hay muchas formas a través de las cuáles ser feliz: la música, la pintura, estar con los amigos, la familia, la pareja, etc. Pero no, porque pienso que en el fondo lo que a todos nos hace felices es aportar algo al mundo, a los demás, dejar huella, alegrarle el día a las personas que quieres, ayudar y sentirte útil, etc. El músico quiere crear música que guste a los demás, que aporte algo de placer a sus vidas (igual que el pintor); cuando disfrutas con tu familia o tu pareja quieres vivir más momentos felices a su lado, etc. Todos queremos ser felices haciendo felices a los demás. Al menos las personas de buen corazón, somos así. 

Mucha gente decide realizar actividades de voluntariado para ayudar a los demás, aportar algo, sentirse útiles. La mayoría disfruta porque dicen que cuando das recibes el doble. Y egoístamente todos queremos ser felices. Así que, si hacer cosas por los demás nos hace felices, mejor que mejor. Sientes que colaboras, que aportas, que cuentas y que cuando ya no estés habrás dejado tu huella en algo o en alguien. Es como una forma de seguir estando cuando ya no estés. Y si gracias a tu ayuda consigues que el día o la vida de alguien sea un poquito mejor te sientes egoístamente parte responsable de ello. 

Últimamente con esto de vivir como una zombi, cosa que por cierto ya he resuelto aplicando ciertos cambios en mi vida, se me ha pasado por la cabeza esta idea: la idea de hacer algo por los demás, algo que me haga sentir que aporto algo al mundo, que cuento. 

Primero pensé en el voluntariado. Desde la idea más peliculera en plan pues me voy de voluntaria al Cuerno de África, hasta la más cotidiana como ir a hacer compañía a los abuelos a las residencias o montar un taller para dar clases de inglés gratuitas para los que no se puedan permitir una academia. Pero... uno de mis grandes problemas actualmente es que me tengo abandonada, que no me dedico tiempo, tiempo que ahora mismo necesito para resolver unos asuntillos internos y personales. Y si hago esas cosas volveré a dejarme la última de la lista. Así que se me ha ocurrido la manera de poner mi granito de arena, de contribuir a ayudar a los demás de la manera que mejor sé y que no me va a llevar tanto tiempo como lo otro:

VOY A EMPEZAR UNA NUEVA SECCIÓN EN EL BLOG: AUTOTERAPIA

No soy psicóloga ni muchísimo menos. Pero para ser un experto en algo no siempre se necesita un título universitario. Al fin y al cabo la definición de experto no es más que la de alguien que ha cometido todos los errores posibles en un campo determinado. Y ahí estoy yo. Yo he metido la pata una y mil veces, y algo me dice que mis dotes de experta se seguirán perfeccionando con los años.

Voy a aprovechar esta sección para compartir con vosotros mis trucos y métodos para autoayudarme cuando lo necesito. Os voy a hablar de todas las cosas por las que he pasado y he sobrevivido: hablaré de los libros de autoayuda, de los problemas de autoestima, de la falta de sueños, de los trastornos alimenticios, de la hipersensibilidad, de la inseguridad, de sentirse solo aun estando acompañado, de la sensación de vacío o desapego, de la ansiedad, etc. ¡De mil cosas! Mil cosas por las que he pasado y me gustaría compartir con vosotros por si a alguien le ayuda. No es que crea que voy a arreglar el mundo pero voy a poner mi granito porque a mí me ha ayudado muchas veces encontrarme con personas que han pasado por mi misma situación. Suele ser algo reconfortante.

Y esta es mi gran idea, mi manera de dejar huella y de ofrecer mi ayuda a los demás por si a alguien le sirve, le distrae, le anima o le alegra el día. ¡Ojalá que sea así!

Esta misma semana escribiré el primer post, creo que lo primero de lo que voy a hablar es de mi método para autosolucionarme mis problemas  

¿Qué os parece la idea?



domingo, 27 de enero de 2013

No quiero ser otra zombi más

Como habréis podido ver últimamente escribo poco. El motivo es que no son buenos tiempos y cuando no estoy bien intento no esparcirlo. Porque lo quieras o no el estado de ánimo se contagia. Por eso no estoy tan dicharachera como de costumbre. ¿Y qué me pasa? Pues lo mismo que casi a los otros 6 millones de parados: está p*** crisis está causando estragos en mi vida. Ya hablé hace tiempo de las consecuencias de la pérdida de empleo, sobretodo las no-económicas. Cómo decía entonces, la pérdida de empleo ocasiona en ciertas ocasiones una pérdida de identidad. A menudo en nuestra sociedad nos hacemos valer por nuestra profesión. Está mal, es clasista, prejuicioso y equivocado. Pero lo hacemos. Cuando una amiga viene y nos dice "estoy saliendo con un chico, es médico" nos hacemos una idea, una idea bien diferente de si nos dice "es camarero". Asociamos cosas (dependiendo del bagaje de cada uno) pero a menudo los prejuzgamos y nos suele parecer mejor el médico (por muchas razones) pero pensamos que es mejor elección para ella. ¿Sí o no? Por desgracia, inevitablemente: sí. 

Pues cuando te quedas sin trabajo también puede ocurrir que te sientas perdido, que no sepas quién eres, y que tu autoestima se vaya minando hasta acabar en pensamientos del tipo "no valgo para nada", "soy un piojo chupa-sangre en esta sociedad", "no valgo ni para X" (X = nombre de una profesión que antes considerábamos lo más bajo y humillante). ¿Y qué ocurre entonces? Pues que cómo no te valoras -o te valoras mal porque crees que no vales nada- acabas aceptando o dejándote la piel para encontrar trabajos cuyas condiciones laborales son humillantes y deberían ser ilegales. ¿No me creéis? Echar un vistazo a los portales de empleo: ya casi no quedan trabajos de dependienta en tienda de ropa (por ejemplo), ahora son para "aprendiz" de dependiente. Es decir, para hacerte un contrato de becario y pagarte una miseria a cambio de explotarte el doble o el triple y que después de echar más horas que un reloj (que por supuesto no te van a pagar porque te venden la moto diciéndote que forman parte de tu formación de aprendiz) acabes cobrando un sueldo muy por debajo del salario interprofesional. Es más, conozco personas que invierten casi la mitad de su sueldo en ir a trabajar (desplazamiento, comida, tener que pagar a alguien aunque sea poco para que cuide de sus hijos mientras, comprarse un uniforme o lo que haga falta, etc). Recuerdo que hace años cuando estaba en el instituto más de un profesor te decía "como no os apliquéis ahora no váis a poder entrar ni en el McDonalds". ¿Habéis intentado buscar trabajo en el McDonalds hoy en día? Ni siquiera allí hay trabajo y cuando lo hay vienen con una larga lista de requisitos para según que puestos (X años de experiencia, 2-3 idiomas, estudios superiores relacionados con el puesto, etc). Es una situación desesperante. ¿Pero qué puedes hacer? Pues no mucho, a parte de protestar e ir a todas las huelgas que se convocan en contra de los recortes y la reforma laboral. 
Total, que acabas viviendo como un zombi autómata.Tu vida se convierte en una rutina sin sentido: levantarse, comer, dormir-levantarse, comer,dormir, etc. Llega un momento que uno ya ni piensa. En nada. Porque si te pones a penser corres el riesgo de deprimirte y sufrir todavía más.
                    Pues yo me niego. No. No quiero ser otro zombi más. Últimamente mi vida se ha convertido en pasarme todos los días desde por la mañana hasta por la noche (fines de semana incluídos) preparando y currándome las clases particulares porque es lo único que tengo y no quiero perder a los alumnos. Llevo así los dos últimos años y no sólo no soy nada feliz, sino que además me estoy cargando otras partes de mi vida: mi relación sentimental, mi vida sexual, las relaciones con mis amistades, mis ratos conmigo misma, mis sueños... ¡mis sueños! ¡¿qué fuerte no?! El otro día estallé y me quejaba y decía "¡basta! No quiero más esta situación. Tengo que hacer algo para cambiarlo. Tiene que haber algo que pueda hacer". Hablando con mi chico, que últimamente el pobre es más mi psicólogo que mi novio, le dije "No quiero esto. Quiero cumplir mir sueños. Quiero tiempo para mí. Quiero una vida normal en la que le dedicas al trabajo una parte del día pero no todo el día". Y, ¿qué paso? Un desastre: me di cuenta de que:
1) No tengo sueños (¡qué triste!). En ese momento no se me ocurría nada que me hiciera feliz, nada por lo que luchar, nada que quisiera conseguir (más allá de tener un trabajo digno y con contrato laboral). Nada. ¿Es triste, no? Esta p*** crisis se ha cargado mis esperanzas y mis sueños.
2) Decidí hacer un descanso. Me tomé unas vacaciones para afilar el hacha, ya sabéis, lo que dice la cita: Si un leñador tiene 5 horas para talar un árbol, pasa 4 afilando el hacha. 

Así que les dije a mis alumnos de las clases particulares que me había surgido un trabajo para 15 días en una academía y que tenía que cogerlo. Odio mentir, pero no les voy a contar mi vida personal a todos los desconocidos (sólo a los de internet :p). Ya estaba hecho, estaba de vacaciones. ¿Y ahora qué? Pues ni idea porque resulta que nunca he estado de vacaciones sin hacer nada y hace tanto de eso que no sabía qué hacer con mi tiempo libre. Cuando no tienes tiempo libre piensas: si tuviera tiempo libre... me lo pasaría tumbada a la bartola, o viendo la última temporada de mi serie favorita, o todo el día por ahí con mis amigas. Pero no. Te tumbas a la bartola y o bien te rayas o te quedas frita; lo de chupar tele está bien las dos o tres primeras horas pero luego te duele todo el cuerpo y sientes que estás desperdiciando el tiempo; y te pones a llamar a amgias y la mayoría tiene obligaciones (ya no es como en el instituto, ahora somos adultas y tenemos responsabilidades). Lo dicho, un desastre: yo y quince días para darle vueltas al coco.

Conclusión: me hacía falta. Por lo menos he roto el círculo vicioso y he podido dejar de ser una zombi. Me puse a analizar mi situación personal y a auto-solucionar mis problemas. Pero eso ya os lo explico en otro post, que me enrollo más que una persiana y cuando ves un post mío tiene pinta de ser El Quijote!!

Sobretodo muuuuchos besos y ánimos a todos lo que estamos en el paro, seguiré escribiendo sobre este tema porque nos afecta a muchos y compartirlo ayuda (aprovechar para desahogaros!).


jueves, 3 de enero de 2013

Propósitos para el nuevo año

Mis conocimientos culturales no son tan amplios como para verificarlo pero me gusta pensar en la imagen de miles de personas creando su lista de buenos propósitos a comienzo de año. ¿Es curioso, no? Tú ahí con lápiz y papel en mano pensando en cómo mejorar tu vida en qué quieres cambiar y en ese preciso instante puede que en diferentes partes del mundo otras personas estén haciendo lo mismo que tú. ¿Pero en qué consisten esas listas? ¿Por qué se hacen? Pues la verdad es que no lo sé, no es algo que te enseñen en el cole. Pero suelen contener metas saludables comunes como la propuesta de dejar de fumar, de empezar a hacer deporte, de cuidar la dieta. De hecho enero es el mes de oro para gimnasios y dietistas que llenan sus arcas gracias al sentimiento de culpa de otros. ¿Pero estos objetivos se llegan a cumplir? Mmmm yo diría que no. La mayoría se apunta a un gimnasio o empieza a asistir a la consulta de la dietista pero la energía del principio va cayendo en picado y cuando está acabando febrero ya ha vuelto a sus antiguos hábitos de vida. Y es que, en mi opinión, el ser humano es un ser de costumbres. Somos perezosos y nos gusta vivir en nuestra zona de confort, donde nos sentimos seguros y no tenemos que hacer sacrificios. 

No quiero desanimar a nadie, todo lo contrario. Que un alto número de personas haga las cosas de una manera no significa que estén bien hechas. Por suerte hay otras -dentro de las cuáles me incluyo- que no cumplimos la norma. Yo cada año hago mi lista de buenos propósitos y aunque no los cumpla todos procuro cumplir muchos de ellos. Ahí van unos consejos para confeccionar una buena lista de propósitos, sobretodo una lista factible:

1. Tómate tu tiempo para reflexionar en general sobre tu vida: qué cosas te gustan, cuáles no, cuáles cambiarías, cómo lo harías, etc. Piensa en los problemas y las preocupaciones y encuentra soluciones reales.

2. Haz una lista corta, incluye sólo las cosas verdaderamente importantes y las que se pueden cumplir. Las que dependen de ti (no vale poner "quiero ser millonario", son propósitos no deseos para Aladín)

3. Piensa en cómo vas a lograr dichos propósitos. Traza un plan y ponte ejemplos prácticos. Sé sincero contigo mismo.

Por ejemplo, un deseo común en la mayoría de las listas (principalmente en la de las mujeres) es adelgazar. Y a veces vamos más allá, "adelgazar 20kgs". ¡Toma ya! Y nos quedamos tan anchas. Lo escribimos en nuestras lista y nos sentamos a esperar que ocurra. Pasa el año y la magia no se materializa por sí sola, así que al año siguiente hacemos lo mismo. Y el siguiente lo mismo. Con lo cual conseguimos que el propósito de "perder 20kgs" se convierta en un propósito permanente. ¿Por qué hacemos esto? Son muchos los motivos: a veces no estamos dispuestas a esforzarnos lo suficiente, otras nos falta tiempo, otras nos volvemos perezosas, otras lo intentamos hasta febrero y como no funciona desistimos, etc. ¿Cómo hacerlo bien? Yo diría que trazando un plan factible, es decir, adaptable a tus circunstancias. A lo mejor no conviene seguir una dieta estricta sino comer más sano o ponerte un plato más pequeño. Lo que quiero decir es que sí sabes que ponerte a dieta supone un gran sacrificio y te va a crear ansiedad es mejor que en lugar de seguir una dieta vayas modificando poco a poco tus hábitos. Si también sabes que te cuesta hacer ejercicio lo mejor es que te propongas cosas que puedas cumplir, como por ejemplo, ir a caminar con una amiga dos veces por semana. Es preferible que hagas eso durante un año a que te propongas ir dos horas al gimnasio todos los días y no aguantes ni una semana ¿no?

No sé, yo no tengo la solución a todo, yo sólo sé lo que a mí me funciona y por eso lo comparto. Para que si a alguien más le funciona lo aproveche. Y lo que a mí me funciona es hacer una lista breve y realista de nuevos propósitos que estén a mi alcance. Así al acabar el año y la revisas ves que has cumplido la mayoría y sientes esa sensación de satisfacción y progreso que te impulsa ha crear la lista del año siguiente. Así, poquito a poquito, y sin apenas darte cuenta irás notando que tu vida va mejorando y que cada vez las vas amoldando mejor a tus necesidades. 

¿Y vosotros? ¿Hacéis lista de propósitos cada año? ¿Qué cosas soléis poner? ¿Funciona?


¡¡¡FELIZ 2013 A TODOS!!!