Últimamente Cuatro se está animando cada vez con los programas basados en la figura del coach: Soy lo que como, Supernanny, Desnudas, etc. A mi particularmente me gusta Ajuste de Cuentas. La razón principal por la que lo veo es porque siempre saco ideas y aprendo nociones básicas de economía que desconocía (yo soy de letras al máximo). Como todavía no me he independizado no he tenido que meterme en batalla pero digamos que me estoy haciendo con las herramientas necesarias entre otras cosas para entender términos y temas relacionados con la hipoteca, por ejemplo.
Sin embargo, aunque me parezca bastante útil porque gracias a cada situación diferente surgen nuevos apuntes que tomar, me doy cuenta de que la receta siempre es la misma: intenta ganar más y gastar menos. Para lograrlo, el coach del programa -Vicenç Castellano- se vale de todo tipo de técnicas desde congelar literalmente las tarjetas de crédito hasta precintar la nevera con cadena y candado. Y es que hay familias que realmente no quieren ser conscientes de sus problemas y el hombre tiene que sacar todas las armas para lograr que tomen consciencia y cartas en el asunto. Y eso me lleva a pensar algo: a veces sabemos la solución de las cosas pero necesitamos un vigilante que nos obligue. Queremos perder unos kilillos y sabemos que lo ideal es comer bien y hacer ejercicio pero si no vamos a un dietista no somos capaces de subirnos a una báscula, sabemos que somos bastante autodidactas y que con un buen libro de teoría y ejercicios recuperaríamos nuestro nivel de inglés pero sabemos que o nos apuntamos a unas clases o seguiremos hablando como los indios, queremos recuperar la forma y sabemos que si corremos veinte minutitos diarios será cuestión de un par de semanas pero hasta que no nos comprometemos con un amigo a ir todas las tardes no buscamos ni las deportivas, etc. A veces realmente necesitamos la figura del coach, ese poli malo que nos exige un compromiso, ese animador sin pompones o ese punto de apoyo y aliento. Cabe decir que hay personas con un alto nivel de autodisciplina y fuerza de voluntad, pero la mayoría de las veces necesitamos a alguien que simplemente esté ahí.
¿Vosotros tenéis suficiente disciplina o necesitáis un poli malo en vuestras vidas? ¿Soys de los que suelen pedirle a vuestra pareja que no os dejen comer chocolate aunque se lo pidáis de rodillas?